¿En que punto una figura publica consigue ser mas que un icono y convertirse en una especie de semidios cuyos deseos se ven cumplidos incluso antes que él los haya verbalizado? Es dificil porque, obviamente, cambia en cada situacion pero si tomamos como caso testigo -para usar lexico de abogados- a Frank Sinatra podemos decir que, en su caso, fue a principios de los sesenta.
Porque en 1960, gracias a su apoyo, su amigo John Fitzgerald Kennedy se convirtio en presidente ese año y, como si esto fuera poco, sus discos debutaron en el numero uno de las listas mientras la pelicula filmada junto a sus amigos del Rat Pack, "Ocean'eleven", se convertia en un megahit.
Desde ese momento, se supone, no hubo nada que el buen Frank no pudiera hacer... pero en realidad si lo hubo porque, pese al inmenso poder que detentaba, a la capacidad de codearse con presidentes y jeques arabes y coristas, Frank no podia controlar la calvicie que no tardaria en dejarlo completamente pelado.
En los años ochenta, el viejo "ojos azules" debia usar algo que odiaba: un peluquin para ocultar su calvicie, hecho que lo enfurecia y le hacia, apenas terminado el show, tirar ese pelo falso al piso y, si estaba muy furioso, saltar sobre él.
Sin embargo, las cosas han cambiado radicalmente hoy en dia gracias a Nanogen, una empresa especializada en productos para la caida del cabello que permite que ningun hombre deba volver a preocuparse por el estado de su cabello.
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