Los origenes de Ponferrada pueden situarse en la era romana, cuando se levanto allí una pequeña aldea fortificada que fue destruida por los godos en el año 456. Posteriormente, Ponferrada resurgió como un asentamiento alrededor del Camino de Santiago en la Edad Media, hacia finales del siglo XI, cuando el obispo de Astorga ordenó construir un puente sobre el río Sil para hacer más simple el recorrido de los peregrinos que se dirigían hacía Santiago de Compostela. Como el puente se llamaba "Pons-ferrata", este dió nombre a la población original.
La existencia de un grupo constante de viajeros atrajó la atención de un creciente número de bandoleros de tal manera que en poco tiempo se cometían gran cantidad de crimenes motivo por el cual el año 1178 los reyes de León donaron Ponferrada a los Templarios con el mandato de proteger a los peregrinos que se dirigian hacia Compostela. Este es el motivo por el cual a Ponferrada se la llama "Ciudad de los templarios".
Al hacerse cargo de Ponferrada, la primera decisión estratégica de los caballeros fue ampliar la pequeña fortaleza local, construyendo un castillo que permita una defensa más eficiente del Camino de Santiago.
La ciudad permanece en manos de los caballeros templarios hasta la disolución de su orden, en 1312. Luego de pasar por sucesivos amos, queda bajo control de los Reyes Católicos en 1486 y gobernada por un corregidor nombrado directamente por el rey.
A los largos de los siglos XVI y XVIII se produce un gran crecimiento en Ponferrada que permite la construcción de los edificios mas notables de la ciudad, como la Basílica de La Encina, que se comenzó a construir en 1572 cuyo interior custodia la imagen de la Virgen de la Encina, patrona de El Bierzo.
Un hito fundamental para Ponferrada fue la llegada del ferrocarril en 1882 que, combinada con la apertura de carreteras que la conectan con Galicia la convierten en un punto de visita obligado para multiples visitantes.
El siglo XX comienza con un hecho muy auspicioso para Ponferrada: primero la concesión, por parte del rey Alfonso XIII, el título de ciudad a Ponferrada y luego la apertura, ese mismo año, de una empresa minera, la Minero Siderúrgica de Ponferrada, que genera grandes fuentes de trabajo, aumentando con su éxito la población de la ciudad de manera exponencial pasando de los tres mil habitantes de 1918 a los cinco mil del año 1920.
Posteriormente, la llegada a Ponferrada de otras empresas metalúrgicas constituyen a la ciudad como un núcleo muy importante a nivel industrial, fuente permanente de interés para españoles y extranjeros que buscan un lugar con posibilidades económicas concretas donde prosperar junto a su familia.
El año 2008 se celebró el primer centenario del título de ciudad a Ponferrada que coincide con el centenario de la coronación de la Virgen de la Encina como patrona de esta comarca.
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